lunes, 19 de julio de 2010

España

"¿Sabéis qué es lo mejor de todo esto ? Que esta ola de patriotismo futbolero, sumado al gracioso hecho de que el nombre de "La roja" haga que los Martinez the fachers hiervan por dentro, va consiguiendo pasito a pasito que el fantasma que se instauró en la bandera del país en el que nacimos, hace casi un siglo, vaya siendo desbancado de una vez por todas. Espero llegar a ver el día en que cualquiera de los niños de hoy, relacionen la bandera de España como algo suyo y no como un estigma, pues aún a muchos nos repele y atemoriza el mero hecho de vestirla en alguna prenda o abalorio por el hecho de ser posiblemente increpados como uno de aquellos, que gracias a dios, con el paso del tiempo, se van extinguiendo. ¡Ojalá llegue un día en que un "VIVA ESPAÑA" no suene ni de lejos a aquel lejano ya "ARRIBA ESPAÑA"!"

Este completísimo comentario sobre el antipatriotismo que a algunos nos invade me ha hecho pensar, y mucho. Lo ha escrito un señor que se hace llamar SAMA, el 15/VII/2010, en un artículo de la revista El Jueves. ¿Es realmente necesario despreciar a cualquiera que porte una mínima referencia a la bandera (una mera representación gráfica con colores y escudo) de su país? Ciertamente, son personas con una mentalidad despreciable las que normalmente muestran con orgullo -aunque no sepan de qué coño se enorgullecen- esos símbolos, pero que dichos sujetos sean así de ignorantes no quiere decir que no haya aspectos de nuestra idiosincrasia de los que nos podamos sentir orgullosos.
Yo misma tiendo a remarcar negativamente un cinturón, un llavero, una bandera en un balcón o un parche en la mochila, pero últimamente estoy pensando que es una verdadera gilipollez. Por muy alternativos y anti-sistema que nos creamos algunos (sí, me incluyo, lo reconozco), la misma ignorancia que hace adorar sin cuestión la entidad de nuestro país nos hace no quererlo ni luchar por él.

Pensemos un poco y aprendamos historia. Todos.

martes, 9 de febrero de 2010

Ajá

Exacto, eso es. Sí sí, no andas mal encaminado. Venga, que tú puedes... que no es tan difícil, ¡coño!

Buf... vaaaaaale, te lo digo: ésto es una entrada chorra. Qué complicao, vamos; hasta mi primo chico se hubiera coscao.

Ya iré escribiendo, tengo una larga y emborronada lista de cosas que decir. Lo que pasa es que estoy de exámenes, y si quiero que no me den por el culo, no me puedo poner a bloguear; ya me gustaría a mí que me recompensaran por escribir gilipolleces, aunque he de reconocer que la recompensa anímica compensa, valga la redundancia.

Más sexo y menos sándwiches, que así está el mundo lleno de obesos psicóticos.