Este completísimo comentario sobre el antipatriotismo que a algunos nos invade me ha hecho pensar, y mucho. Lo ha escrito un señor que se hace llamar SAMA, el 15/VII/2010, en un artículo de la revista El Jueves. ¿Es realmente necesario despreciar a cualquiera que porte una mínima referencia a la bandera (una mera representación gráfica con colores y escudo) de su país? Ciertamente, son personas con una mentalidad despreciable las que normalmente muestran con orgullo -aunque no sepan de qué coño se enorgullecen- esos símbolos, pero que dichos sujetos sean así de ignorantes no quiere decir que no haya aspectos de nuestra idiosincrasia de los que nos podamos sentir orgullosos.
Yo misma tiendo a remarcar negativamente un cinturón, un llavero, una bandera en un balcón o un parche en la mochila, pero últimamente estoy pensando que es una verdadera gilipollez. Por muy alternativos y anti-sistema que nos creamos algunos (sí, me incluyo, lo reconozco), la misma ignorancia que hace adorar sin cuestión la entidad de nuestro país nos hace no quererlo ni luchar por él.
Pensemos un poco y aprendamos historia. Todos.